El papa francisco ha autorizado a los sacerdotes a bendecir a parejas en situación irregular, lo que incluye casados civilmente o a divorciados vueltos a casar, y a parejas formadas por personas del mismo sexo, siempre que el gesto no se confunda con una celebración de una boda. Por tanto, la bendición no podrá realizarse ligada a una ceremonia.
Si no, por ejemplo, con motivo de la visita a un santuario, en una peregrinación, en un hospital o en otras situaciones informales.
Pese a que el vaticano en 2021 había aprobado un documento que prohibía estas bendiciones, e invitaba a bendecir solo individualmente.
Dos años después, la orden del máximo líder de la iglesia católica en el mundo ha cambiado y el papa francisco ha autorizado a los sacerdotes a bendecir a parejas en situación irregular, lo que incluye casados civilmente o a divorciados vueltos a casar, y ahora también se incluye a parejas formadas por personas del mismo sexo.
Siempre que el gesto no se confunda con una celebración de una boda.
El papa francisco ha establecido que no haya un rito especial para esta bendición, precisamente para distinguirla de una boda, y ha establecido que cuando se imparta o se reciba no se usen ni las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio.
Sugiere que el sacerdote bendiga a las parejas que lo soliciten, pidiendo para ellas la paz, la salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutuos, pero también la luz y la fuerza de dios para poder cumplir plenamente su voluntad
El documento, que reitera una y otra vez que se trata de bendiciones pastorales que no deben confundirse con actos litúrgicos o sacramentales, deja en claro que “No se debe ni promover ni prever un ritual para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de dios a través de una simple bendición
El dicasterio para la doctrina de la fe, cuyo titular es el cardenal argentino Víctor Fernández, presentó el documento “Fiducia súplicas” que aprobó el pontífice
El documento distingue entre las bendiciones rituales y litúrgicas y “Aquellas espontáneas, más asimilables a los gestos de la devoción popular
La declaración presenta la bendición en el sacramento del matrimonio, declarando “Inadmisibles ritos y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio” y “Aquello que lo contradice” para evitar reconocer en cualquier modo “Como matrimonio algo que no lo es
Y aunque hay muchas aclaraciones en este documento, la decisión es un tema controversial dentro de la misma iglesia católica y fuera de ella, pues muchos tiene el sentir que no se puede bendecir bajo ninguna circunstancia lo que dios no bendice como la unión homosexual